martes, 11 de marzo de 2025

 El capitel de Job en el claustro románico de la catedral de Pamplona


El Museo de Navarra conserva en su colección, un capitel dedicado a la historia bíblica de Job, que perteneció al desaparecido claustro románico de la catedral de Pamplona, construido mediado el s. XII.

Se ha escrito mucho sobre este soporte y su significación en tal espacio claustral, estableciendo una similitud entre los sufrimientos del santo paciente y el sacrificio de Jesús. 

En la imagen que adjuntamos se relata el comienzo de este libro del Antiguo Testamento y la conversación mantenida entre Yahvé y su servidor Satán: 

"Sucedió un día que los hijos de Dios fueron a presentarse ante Yahvé y vino también entre ellos Satán. Y dijo Yahvé a Satán: "¿De dónde vienes?" Respondió Satán: "De dar una vuelta por la tierra y pasearme por ella..." (Job 1, 6-7)


Tras la lectura de este texto bíblico deducimos que Satán es un personaje de la corte celestial "un hijo de Dios", que tiene una misión encomendada, cual es recorrer la tierra para enterarse de todo lo malo que hacen los hombres y comunicarselo al Creador.
Es una especie de fiscal de la creación. Sucede que con el tiempo va a empezar a cumplir sus funciones con exceso de celo y va a tentar a los hombres para poner a prueba la fidelidad de éstos hacia Dios.
De tal forma que Satán, de ángel, va a convertirse en un diablo por las tentaciones que provoca al santo paciente. El término común "satán" en hebreo significa el "adversario". Y así y sobre todo por obra de los Santos Padres y exégetas de la Biblia, Satán se convirtió en el nombre propio de un demonio tentador.

El escultor románico que cinceló este capitel confirió al Satán veterotestamentario, un aspecto diabólico, monstruoso. Con cabellera flamígera como señor del fuego (atributo ideado en la iconografía románica de la Borgoña francesa), alas como ángel caído, vello por todo el cuerpo y unas garras de águila que sirven para señalar al destinatario de sus pruebas.

La conversación entre Yahvé y su siervo aluden a este hombre, Job: 

"Y dijo Yahvé a Satán: ¿Has reparado en mi siervo Job, pues no lo hay como él en la tierra, varón íntegro y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?" (Job 1, 8)


Foto. Sra. Elena Aranda para el Museo de Navarra


Y Satán empieza su obra perversa destruyendo todas las posesiones y la familia de Job. 

Este hombre era un ganadero muy rico, con 7 hijos y 3 hijas y numerosos amigos y criados. Vivía en «la tierra de Uz», la cual es una ciudad mencionada como parte del reino de Edom, ubicado en el sur de la actual Jordania.

Aparece por primera vez en el Libro de Job 1, 1, donde dice: "Hubo un varón en tierra de Uz, llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, y temeroso de Dios, y apartado del mal" 

Y más adelante:

"Le habían nacido siete hijos y tres hijas. Tenía también 7.000 ovejas, 3.000 camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y una servidumbre muy numerosa. Este hombre era, pues, el más grande de todos los hijos de Oriente. Solían sus hijos celebrar banquetes en casa de cada uno de ellos, por turno, e invitaban también a sus tres hermanas a comer y beber con ellos" (Job, 2-4)

Debido a que era un señor poderosísimo de una tierra al margen de la antigüa Palestina y ubicada en un antigüo reino de la posterior Jordania islámica; el soporte presenta un par de inscripciones cúficas que decoran las arquerías que cobijan a los hijos de Job.


Muy poco se ha dicho de estos textos, salvo que son inscripciones cúficas, y no se han transcrito ni traducido.

Esto es un detalle de los dos textos, situados a la izquierda del capitel y a la derecha del mismo:
















Fotos. Sra. Elena Aranda para el Museo de Navarra

Publico la transcripción y traducción realizada por el Dr. Juan Castilla Brazales, científico titular de la Escuela de Estudios Árabes del CSIC:

Se trata de una misma locución religiosa, que se repite en los fragmentos donde está grabada, separada por las letras alif (أليف) y lam (ﻟﺎﻡ) como elemento decorativo.

En concreto, se correspondería con la jaculatoria:

الملك لله (= al-Mulk li-Llāh = El reino es De Dios),
formando parte de una expresión que ha sido relacionada por algunos estudiosos con la cristiana “tuyo es el reino, el poder y la gloria” (Mateo 6:13).

Es curioso porque el texto completo de este primer evangelista, dice así: 
"Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del mal. 
Porque Tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre. Amén"

Por lo tanto, este versículo de san Mateo al completo, ayuda a superar las tentaciones del Maligno, las mismas a las que está sometido el santo Job. La práctica de la oración, a la que recurre el protagonista del capitel, le da fuerza para hacer frente a las terribles pruebas a las que le somete el diablo.

Entiendo que la selección del texto árabe, su traducción y paralelismo con el versículo bíblico, pudieron ser propuestos por Roberto de Ketton, arcediano de la catedral de Pamplona en el momento en que se levantaba el claustro románico. Este canónigo de origen inglés, fue el primer traductor del Corán al latín, y por eso tenía los conocimientos suficientes de lengüa y escritura árabe para poder sugerir la expresión plástica de este texto.

La inscripción se corresponde con el versículo bíblico de san Mateo, que remite a la fidelidad y adoración constante a Dios por parte de su siervo Job, a pesar de las pruebas continuas a las que le somete Satanás, el tentador.

***

Agradecemos al Dr. Juan Castilla, la transcripción y traducción de estas inscripciones del capitel.




4 comentarios:

  1. Enhorabuena por este trabajo de investigacion

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  2. ¿Crees que el artesano que escupió este capitel dominaba el idioma árabe y estaba acostumbrado a tallar textos en ese idioma?

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  3. Buenos días!!! Un comentario muy sagaz, gracias!!!
    Sí, ¿que hace un escultor románico de origen francés escribiendo en árabe? Resulta algo imposible de entender, si no fuera porque el primer traductor del Corán, del árabe al latín era arcediano de la catedral de Pamplona en las fechas en que se labró el claustro, mediado el s. XII. De la valía de este canónigo y de su aportación cultural al centro catedralicio así como de su repercusión en la iconografía románica coetánea, hablo en mi conferencia publicada en Yotube: https://www.youtube.com/watch?v=wbqnHcCN9Qg&t=1515s
    La visión del jardín del Paraíso en la portada de Artaiz, cuya escultura está muy vinculada al Maestro del Claustro iruniense, se enriqueció con las cabezas que brotan de los elementos vegetales, algo semejante a los árboles "wak wak" que venían de China. Estos árboles parlantes sólo podían ser conocidos en Navarra por la cultura islámica; información que debió llegar por la obra traductora de Roberto de Ketton, el primer traductor del Corán y de otros tratados de astronomía y filosofía.
    Entiendo que fue Roberto de Ketton el que sugirió la inscripción escrita en árabe y su contenido.
    Para saber más sobre este traductor inglés le remito a este artículo:
    MARTIN DUQUE; A. J.; El inglés Roberto, traductor delCorán. Estancia y actividades enEspaña a mediados del siglo XII*; Hispania, 1962; pp. 483-506.
    Un saludo!!

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