martes, 22 de abril de 2014

La barba bifurcada como signo de maldad / The forked beard as a sign of evil


     En este fotograma de la magnífica película de Pablo Berger, Blancanieves (2011), Josep Mª Pou encarna al villano apoderado taurino. Entre otros estigmas de su maldad muestra una barba partida en dos.


Este peculiar corte de la barba no es una novedad del guionista de esta película española, en realidad es un rasgo iconográfico de gran éxito en el arte. Las primeras muestras aparecen en los siglos altomedievales, caracterizando a demonios, posesos, herejes... Se decía que tal forma de peinar la barba la practicaban grupos islámicos como los sirios y egipcios. En este sentido, la Edad Media es deudora de la tradición clásica de recurrir al peinado y la barba como rasgo iconográfico que significa poder, autoridad –pensemos por ejemplo en los faraones egipcios- y en este caso maldad. Si la observamos comprobamos como la barba bifurcada recuerda la lengua bífida de las serpientes, además de aludir a a la falsedad y dualidad de palabra con que san Juan define al diablo:
"Cuando habla la mentira, habla de lo suyo propio, porque él es mentiroso y padre de la mentira" (Jn. 8, 44).


Para poder pervivir este detalle capilar hasta el cine actual se conocen imágenes del Renacimiento:


Bolonia, Palacio Salina Amorini de la primera mitad del s. XVI y  las cabezas que lo decoran como ésta del diablo, de 1602. (Foto de  Allanimal para Flickr).

En época Romántica:


Diablo en el Mausoleo del tenor Gayarre. Roncal (Navarra) (1891-1895). Foto expuesta en mi galería de Flickr:

   E incluso contemporánea, que han mostrado la pervivencia de la barba bífida en la imagen del diablo:

BIBLIOGRAFÍA:



-ARAGONES ESTELLA, E.; Y Líbranos del Mal. Representaciones del Diablo en el Arte: De la Antigüedad a nuestros días; Ebook, 2017:


The forked beard as a sign of evil

In this photo from Pablo Berger’s magnificent film, Snow White (2011), Josep Mª Pou plays the villain, a bullfighter’s agent. His beard, divided in two, is another symbol of his wickedness.
This peculiar beard isn’t an invention of the scriptwriter of this Spanish film. It is, in fact, a very successful iconographic feature in art. The first examples appear in the early Middle Ages, characterising demons, heretics, people possessed by the devil. It was said that that particular way of combing the beard was practised  by Islamic people such as the Syrians and Egyptians. The Middle Ages owes this habit of using the hairstyle and beard as iconographic features to signify power and authority – witness, for example, the Egyptian Pharoahs – and in this case evil to the classical tradition. Note how the forked beard evokes the forked tongue of serpents, as well as the falseness and deceit in the spoken word of the devil defined by Saint John:
“When he speaketh a lie, he speaketh of his own: for he is a liar and the father of it.” (John 8, 44)
To show how this tiny detail has survived through the ages it suffices to observe images from the Renaissance:


Bologna, Salina Amorini Palace of the first half of the s. XVI century and the heads that decorate it like this one of the devil, of 1602.

The Romanticism Period:


Devil in the mausoleum dedicated to the Navarrese tenor Julián Gayarre, in Flickr.
https://www.flickr.com/photos/52462947@N03/15731550876/

   And even contemporary art, which shows the survival of the forked beard in the devil’s image:


BIBLIOGRAPHY

-ARAGONES ESTELLA, E.; Y Líbranos del Mal. Representaciones del Diablo en el Arte: De la Antigüedad a nuestros días; Ebook, 2017:
https://books.google.es/books?id=QTcPAQAAQBAJ&pg=PA297&dq=aragones+estella+mal&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwiZsZLek9vRAhVJthoKHbi0DdAQ6AEIHzAB#v=onepage&q&f=false


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