martes, 11 de marzo de 2025

 Las brujas y el diablo en la Edad Moderna


Os presento mi última conferencia publicada en el portal Youtube, en diciembre de 2024:


Y el resumen de la misma:

El s. XVI supone el cambio histórico a la Edad Moderna.

A pesar de empezar una nueva era, en lo relativo a la figuración del Mal, es hereditaria de la poderosa Edad Media. Incluso en la denuncia de la gran perversión que la Iglesia combate en esta época, que es la herejía y la brujería. Estos cismas en el interior de la Iglesia cristiana provocaron dañinas divisiones.

Asustados por esta fragmentación, se desencadenó por parte de las autoridades religiosas una locura colectiva de persecución, que se cebó en las mujeres especialmente, acusándolas de brujas y adoradoras del diablo. Féminas que vivían al margen de la sociedad establecida. Mujeres solteras, sin hijos, muchas de ellas curanderas por sus amplios conocimientos de las plantas medicinales.

Se les atribuían prácticas que tenían su origen en las acusaciones realizadas contra los herejes en la Edad Media. Volar en escobas, raptar a los niños de sus cunas, adorar al diablo en forma de gato y macho cabrío.
La herencia medieval en la caracterización del demonio y de los herejes es patente. Aún cuando el Renacimiento suponga un cambio total de estilo.

[El dibujo que sirve de portada es la cubierta del libro: Crónica de Satán, Idea Books, 1996]
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The XVI century represents the historical change to the Modern Age.

Despite the beginning of a new era, regarding the figuration of Evil it is inherited from the powerful Middle Ages. Even in the denunciation of the great perversion that the Christian Church combats in this era, which is heresy and witchcraft.

These schisms within the Church caused harmful divisions. Frightened by this fragmentation, the ecclesiastical authorities unleashed a collective madness of persecution of women, especially accusing them of being witches and devil worshippers. Women who lived on the margins of established society. Single women, without children, many of them healers, due to their extensive knowledge of medicinal plants.
Practices were attributed to them that had their origin in the accusations made against heretics in the Middle Ages. Fly on brooms to meet the devil, kidnap children from their cradles, worship the Evil One who takes the form of a cat and a goat.

The medieval heritage in the characterization of the devil and heretics is evident. Even though the Renaissance represents a total change of style.

[The drawing that serves as the cover is the cover of the book: Crónica de Satán, Idea Books, 1996]




 El capitel de Job en el claustro románico de la catedral de Pamplona


El Museo de Navarra conserva en su colección, un capitel dedicado a la historia bíblica de Job, que perteneció al desaparecido claustro románico de la catedral de Pamplona, construido mediado el s. XII.

Se ha escrito mucho sobre este soporte y su significación en tal espacio claustral, estableciendo una similitud entre los sufrimientos del santo paciente y el sacrificio de Jesús. 

En la imagen que adjuntamos se relata el comienzo de este libro del Antiguo Testamento y la conversación mantenida entre Yahvé y su servidor Satán: 

"Sucedió un día que los hijos de Dios fueron a presentarse ante Yahvé y vino también entre ellos Satán. Y dijo Yahvé a Satán: "¿De dónde vienes?" Respondió Satán: "De dar una vuelta por la tierra y pasearme por ella..." (Job 1, 6-7)


Tras la lectura de este texto bíblico deducimos que Satán es un personaje de la corte celestial "un hijo de Dios", que tiene una misión encomendada, cual es recorrer la tierra para enterarse de todo lo malo que hacen los hombres y comunicarselo al Creador.
Es una especie de fiscal de la creación. Sucede que con el tiempo va a empezar a cumplir sus funciones con exceso de celo y va a tentar a los hombres para poner a prueba la fidelidad de éstos hacia Dios.
De tal forma que Satán, de ángel, va a convertirse en un diablo por las tentaciones que provoca al santo paciente. El término común "satán" en hebreo significa el "adversario". Y así y sobre todo por obra de los Santos Padres y exégetas de la Biblia, Satán se convirtió en el nombre propio de un demonio tentador.

El escultor románico que cinceló este capitel confirió al Satán veterotestamentario, un aspecto diabólico, monstruoso. Con cabellera flamígera como señor del fuego (atributo ideado en la iconografía románica de la Borgoña francesa), alas como ángel caído, vello por todo el cuerpo y unas garras de águila que sirven para señalar al destinatario de sus pruebas.

La conversación entre Yahvé y su siervo aluden a este hombre, Job: 

"Y dijo Yahvé a Satán: ¿Has reparado en mi siervo Job, pues no lo hay como él en la tierra, varón íntegro y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?" (Job 1, 8)


Foto. Sra. Elena Aranda para el Museo de Navarra


Y Satán empieza su obra perversa destruyendo todas las posesiones y la familia de Job. 

Este hombre era un ganadero muy rico, con 7 hijos y 3 hijas y numerosos amigos y criados. Vivía en «la tierra de Uz», la cual es una ciudad mencionada como parte del reino de Edom, ubicado en el sur de la actual Jordania.

Aparece por primera vez en el Libro de Job 1, 1, donde dice: "Hubo un varón en tierra de Uz, llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, y temeroso de Dios, y apartado del mal" 

Y más adelante:

"Le habían nacido siete hijos y tres hijas. Tenía también 7.000 ovejas, 3.000 camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y una servidumbre muy numerosa. Este hombre era, pues, el más grande de todos los hijos de Oriente. Solían sus hijos celebrar banquetes en casa de cada uno de ellos, por turno, e invitaban también a sus tres hermanas a comer y beber con ellos" (Job, 2-4)

Debido a que era un señor poderosísimo de una tierra al margen de la antigüa Palestina y ubicada en un antigüo reino de la posterior Jordania islámica; el soporte presenta un par de inscripciones cúficas que decoran las arquerías que cobijan a los hijos de Job.


Muy poco se ha dicho de estos textos, salvo que son inscripciones cúficas, y no se han transcrito ni traducido.

Esto es un detalle de los dos textos, situados a la izquierda del capitel y a la derecha del mismo:
















Fotos. Sra. Elena Aranda para el Museo de Navarra

Publico la transcripción y traducción realizada por el Dr. Juan Castilla Brazales, científico titular de la Escuela de Estudios Árabes del CSIC:

Se trata de una misma locución religiosa, que se repite en los fragmentos donde está grabada, separada por las letras alif (أليف) y lam (ﻟﺎﻡ) como elemento decorativo.

En concreto, se correspondería con la jaculatoria:

الملك لله (= al-Mulk li-Llāh = El reino es De Dios),
formando parte de una expresión que ha sido relacionada por algunos estudiosos con la cristiana “tuyo es el reino, el poder y la gloria” (Mateo 6:13).

Es curioso porque el texto completo de este primer evangelista, dice así: 
"Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del mal. 
Porque Tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre. Amén"

Por lo tanto, este versículo de san Mateo al completo, ayuda a superar las tentaciones del Maligno, las mismas a las que está sometido el santo Job. La práctica de la oración, a la que recurre el protagonista del capitel, le da fuerza para hacer frente a las terribles pruebas a las que le somete el diablo.

Entiendo que la selección del texto árabe, su traducción y paralelismo con el versículo bíblico, pudieron ser propuestos por Roberto de Ketton, arcediano de la catedral de Pamplona en el momento en que se levantaba el claustro románico. Este canónigo de origen inglés, fue el primer traductor del Corán al latín, y por eso tenía los conocimientos suficientes de lengüa y escritura árabe para poder sugerir la expresión plástica de este texto.

La inscripción se corresponde con el versículo bíblico de san Mateo, que remite a la fidelidad y adoración constante a Dios por parte de su siervo Job, a pesar de las pruebas continuas a las que le somete Satanás, el tentador.

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Agradecemos al Dr. Juan Castilla, la transcripción y traducción de estas inscripciones del capitel.




lunes, 30 de enero de 2023

 Conferencia titulada: El Mal imaginado por el Gótico




The demonization of Islam during the Romanesque period turned into condemnation of the Jewish community in Gothic times. The face of the Evil One is depicted with a sharp curved nose and yellowish skin attributable to followers of the semitic creed. Windowless sinagogues are seen as a reflection of the blindness in which heretics and sinners live. New colours such as yellow, red, green and blue are added to the satanic pallette. The Phoenician Baals are incorporated into the infernal pantheon. The birth of universities and the resulting growth in culture throughout society, bring with them new demons such as Tutivillus. Installed in churches, he writes down the sins of the faithful, committed during prayer time.
By the end of the Middle Ages, the transition to Humanism sees the devil transformed into a man, keeping identifiable features such as horns, a tail and talons. From then into modern times, he takes the form of an ordinary human being, making him hard to detect if it weren’t for his sinister face, hooknose, forked beard and an imperfection, such as a limp, alluding to his impure nature. Lucifer’s monstrous features fade away, his deformed characteristics becoming features of heretics and visions of schisms of the Church, a cruder and more relatable reality than that of the clichéd devil.

*** De la demonización del Islam en tiempos del Románico, se pasa a la condena del pueblo judío en el Gótico. Le pintan al Maligno con la nariz aguileña de los practicantes del credo semita, así como el tono amarillo que distingue a los practicantes de esta religión. Se imagina a la Sinagoga ciega, que prestará su falta de vista a los herejes y pecadores que viven en tinieblas. La paleta cromática del diablo se enriquece con colores tan llamativos como el gualdo, el rojo, verde y azul. El panteón infernal aumenta con los Baales fenicios. El nacimiento de las universidades y consiguiente culturización de la sociedad traerá demonios nuevos como Tutivillus. Apostado en las iglesias anota en su papel los pecados de los fieles cometidos en tiempos de oración. El paso al Humanismo transforma al diablo en un hombre a fines de la Edad Media, dotado de ciertos rasgos faunísticos que nos permiten reconocerlo, como son los cuernos, el rabo y las garras de águila. De aquí a la Edad Moderna en la que un completo ser humano nos hace difícil descubrirlo si no fuera por su rostro siniestro, nariz ganchuda, barba bifurcada y un defecto como la cojera que alude a la imperfección de su ser. La imagen monstruosa de Lucifer va desapareciendo, mientras presta sus rasgos más deformes a herejes y visiones de los cismas de la Iglesia, realidad más cercana y desgarradora que el manido demonio.
La portada del vídeo es un detalle del infierno en el tímpano de la Catedral de León. La fotografía de los sodomitas de la Puerta del Juicio de la catedral de Tudela, es de Manuel Sagastibelza. Las imágenes que acompañan la bibliografía son un detalle del Juicio Final de Dirk Bouts conservado en el Museo de BBAA de Lille (Francia) y le sigue el diablo en majestad del púlpito de Siena (Italia), realizado por el taller de los Pisano.